Hoy nos hemos remontado a la prehistoria: hemos visitado un bosque de la época terciaria que se ha quedado olvidado en algunas zonas de esta isla tan peculiar.
La Laurisilva es un bosque tan espeso, que no sería raro que, de pronto, nos apareciera cualquier dinosaurio olvidado.
Hemos hecho el "Camino de las Vueltas de Taganana"; y ya entendemos porque se llama de las vueltas: porque empiezas y no paras...; son cientos (en realidad dicen que son tantas como días del año: 365). Y pensar que lo hacían los habitantes de estos caseríos para entrar y salir de sus casas!!!!!!!
Pero ha sido muy bonito, desde la explicación en el Centro de Interpretación y de Visitantes pasando por todo el recorrido que nos lleva al caserío de Taganana.
Una clase práctica de biología y de climatología como pocas se pueden encontrar.
Y mañana más, que nos vamos a La Orotava.
Ya contaremos.
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