jueves, 3 de mayo de 2012

SEGUNDA PARTE. CUARTO DÍA

Otro día muy interesante e intenso.
Hemos comenzado bien temprano viendo un vídeo en el instituto que nos introducía en lo que íbamos a ver a lo largo de la mañana: las dunas de Guardamar y la desembocadura del río Segura.
Las dunas son un paraje natural protegido que se viene cuidando desde comienzos del siglo pasado por dos razones: porque si no se cuidan sepultan la propia localidad y para proteger el ecosistema que tienen asociado.
Una vez visto el vídeo, nos hemos ido directamente a Guardamar y allí visitamos la casa del Ingeniero Mira, responsable del comienzo de la conservación de las dunas y de  la plantación de "la pinada". La casa se conserva con todos los elementos que utilizó su inquilino más conocido, con enseres de la época e imágenes de su trabajo.
Es muy curioso ver como las propias dunas sirvieron de conservación de restos arqueológicos con más de 2800 años de antigüedad: desde los fenicios, pasando por íberos, romanos, árabes,... han dejado aquí su huella. Primero nos lo han explicado con mucho detalle en el museo-casa de la cultura de Guardamar, y después lo hemos podido ver sobre el terreno con detenimiento: un yacimiento fenicio y otro correspondiente a una "rábida" (monasterio) musulmana.
Hemos seguido avanzado por la pinada por el paseo del Ingeniero Mira hasta llegar a primera linea de playa y ver el estado actual de protección y avance-control de las dunas, con la plantación de tabla-estacas en un primer momento y de juncos en la actualidad.
De ahí nos hemos dirigido a la desembocadura del río Segura que es el causante, en su mayor parte, de todo este paisaje por su aporte de materiales de sedimentación.
Este era un buen momento para comer que nos lo teníamos bien ganado por todo lo que habíamos caminado.
Para bajar la comida hemos seguido caminando y nos hemos dirigido a las ruinas del antiguo castillo de Guardamar que se destruyó con el terremoto que asoló esta localidad -y toda la zona de la Vega Baja- en 1829. 
Aunque no quedan apenas restos de ese antiguo castillo, sí que se conserva la vista espectacular de toda la Vega y de la actual ciudad y su playa. Nos hemos hecho la foto de grupo y ya nos hemos dirigido a la guagua que nos esperaba.
 El resto de la tarde: descanso, descanso y descanso. Mañana: Orihuela.
Viendo lo que nuestros amigos nos han preparado hasta ahora, seguro que la visita de mañana será igual de interesante.
Lo contaremos.

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