Lo habíamos dejado junto al Castillo de Lorca para comenzar la ruta que estaba preparada para la primera parte de la jornada de hoy. Y aunque amenazaba lluvia nos adentramos por un sendero realmente espectacular.
Poco a poco fuimos dejando atrás la ciudad de Lorca y avanzamos por la pinada de la Sierra de la Peñarrubia, con un camino aromatizado permanentemente por el tomillo y el romero, que con la humedad de hoy, olían aún más.
Hemos llegado al Cejo de los Enamorados, curiosa formación geológica que esconde también una interesante leyenda sobre un caballero musulmán y una dama cristiana que pusieron fin a su vida aquí ante la imposibilidad de seguir adelante con su relación amorosa.
Hemos comido algo y nos hemos vuelto a Lorca desde donde hemos partido hacia el albergue en el que pasaremos la tarde y la noche. Corre el rumor de que en dicho albergue no hay cobertura para los teléfonos móviles, pero no puede ser posible; ¡cómo vamos a estar casi medio día sin usar los teléfonos! ¡La vida no es posible sin los móviles! O eso creemos.
De todas formas mañana informaremos de cómo ha ido la tarde y la noche.
Como final mostramos algunos paisajes de los que hemos visto y transitado hoy.
Hasta mañana.
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